De esto que estás un día súper aburrido en casa buscando por interet monociclos y
piezas y encuentras por casualidad este aparato:

Más guay!, y encima en 29″, más fácil de de guardar!!. Mi padre llevaba tiempo diciendo que quería un velocípedo y yo tenía una rueda y una horquilla de 29″ que no me valían para nada, así que decidí hacérselo.
Tenía las partes más caras del aparato, pero necesitaba el resto. La siguiente parte fundamental fue una bicicleta para ponerle la dirección al velocídepo. No tuve problemas para conseguir una BMX, ya que me la cedió una tienda de bicicletas de Soria, Mundobici. De esta bici utlicé la pipa de dirección, el manillar y el sillín, aunque en el paso final mi padre compró uno nuevo y lo cambié. Venía también con nombre y ya aproveché para ponérselo a mi muni XD.
Lo que sería el cuadro lo hice con una barra que me dobló un herrero. Fueron necesarias también pletinas para hacer el paso de rueda trasero y refuerzos, un tubo para el reposapiés y una rueda de 12″ de niño para atrás.
Empecé por desmontar la bici para coger las piezas que necesitaba. Corté la horquilla del monociclo por la parte superior donde iría la tija para acortarla. Posteriormente corté la horquilla de la bmx y le soldé la anterior. Tras esto tuve que soldarle el tubo interno de la dirección a la horquilla por la parte inferior ya que se quedó suelto.
Lo siguiente fue hacer la «horquilla» trasera del velocípedo. La hice con tres pletinas. La podría haber hecho en ángulo recto, pero preferí hacerle un poco de forma a base de martillo para que quedase más bonito. Consiste en soldar las pletinas en forma de «U» y hacerle dos ranuras laterales para meter la rueda de 12″. Yo las ranuras las hice primero con taladro y luego radial.
Una vez preparada la horquilla trasera pasé al cuadro. Recorté el de la bici y puse el tubo que me habían doblado. Lo soldé de tal manera que se quedó la horquilla delantera
perpendicular al suelo una vez vas montado. Le puse con las pletinas unos refuerzos para que el cuadro aguante bien.
Ya solo quedaba soldar la horquilla trasera al cuadro y el reposapiés. La horquilla la soldé con varios cordones de soldadura superpuestos para darle una mayor resistencia. El reposapiés no tiene mayor misterio, el tubo soldado perpendicular sin más.
Por último soldé la tija del sillín con todo montado para calcular las distancias bien. Con esto concluido procedimos a probarlo antes de pintarlo, por si había que hacer alguna corrección. Fue fuldamental en el proceso los atuendos extravagantes para comprobar el buen funcionamiento del invento, sin ellos no habría sido posible.
Para finalizar el velocípedo realicé la parte de chapa y pintura. Empecé por lijar bien el aparato entero quitándole el óxido y las imperfecciones más notables. Después di masilla en alguna parte como la soldadura superior de la horquilla (para que parezca una única pieza) o a la horquilla en la parte inferior donde iba la pieza que sujeta el freno de disco porque se la quité.
Lijé la masilla y le di imprimación a todo el aparato. Finalmente lo pinté en monocapa negro entero. Como podéis ver en las fotografías inferiores me curré un mega-soporte obra de ingeniero para colgarlo y poder pintarlo (ya disponible en monociclos.com).
Cuando estuvo seco lo montamos y le pusimos a parte de las ruedas y el sillín, unos puños en el manillar y tapones en el reposapiés para que quedase más fino. Este es el resultado final:
Y así cómo le queda a mi padre, el actual dueño, el velocípedo:
Espero que os haya gustado este briconsejo y ¡hasta la próxima artemaniacos!