Con una semana de vacaciones por delante decido aprovecharla para continuar el camino que empecé en verano con mis hijos.
Domingo 28 de Octubre:
Me desplazo con mi vehículo a León y así comienzo con mi monociclo 29″ QX, a las 6:30 de la mañana con 0 grados. A los 5 minutos de salir empieza a nevar, un espectáculo para los ojos de los que hemos madrugado, León empieza a blanquear. A las 2 horas mas o menos me caigo hacia adelante y rompo uno de los guantes y la maneta del freno queda colgando, la he liado buena y nada mas salir.
El día transcurre con normalidad, mi objetivo ambicioso es llegar a Finisterre, para ello me sale una media de unos 60 km al día. Cumplo el objetivo el primer día, pero con consecuencias, el bíceps femoral izquierdo acaba la jornada resentido, teniendo que hacer algunos km andando para no sobrecargar. Consigo poner la maneta de freno con un alambre que he encontrado, no como para hacer Downhill pero lo suficiente como para poder frenar de forma básica.
Realizo estiramientos durante la tarde para recuperar, (gracias Aleix por tus consejos).
Lunes 29:
Aún con molestias empiezo la ascensión a la Cruz de Ferro, realizo estiramientos cada hora más o menos. La cima está nevada y hace viento, las orejas agradecen el buff. Voy a beber del botellin y el agua no sale, tengo hielos en el botellin! Yo frío no paso, en monociclo frío no se pasa, voy en manga corta y jersey.
La bajada empiezo a realizarla por el camino pero es demasiado esfuerzo para mis piernas, se resienten y me da algún pinchazo, decido seguir por la carretera para no forzar, me da pena no poder disfrutar de la bajada por el camino pero tengo que medirme. Hago 40 km y al llegar al albergue casi no puedo andar, decido abortar mi ambicioso plan de llegar a Finisterre, intentaré llegar a Santiago. Ahora además del bíceps femoral izquierdo tengo el tendón de Aquiles derecho tocado, tanto que no puedo bajar escaleras, hago estiramientos a la tarde.
Martes 30:
Me levanto pudiendo bajar las escaleras con normalidad, el día amanece con lluvia, al mal tiempo buena cara. Me pongo la capa y comienzo la jornada, aparece un espléndido arco iris a eso de las 9:30 de la mañana, toda una preciosidad. El objetivo de hoy es hacer otros 40 km y plantarme lo más cerca posible de la ascensión a Ó Cebreiro. Dejo de subir cuestas, me han vuelto las molestias y no quiero forzar, hago mucho andando, en alguna ocasión mientras ruedo me da pinchazo el bíceps femoral, inevitable soltar algún quejido de dolor, siendo consciente de ello fuerzo la pierna derecha para evitarle esfuerzo a la izquierda.
Durante la etapa me caigo para atrás y la parrilla en la que llevo la mayor parte del peso se rompe, el siguiente pueblo está a 5 km, con la parrilla en la mano voy decidido a encontrar una máquina de soldar, pero sorpresa! Me encuentro con algo más seguro, una tienda de bicis en la que puedo comprar una parrilla nueva. Pasadas 7 horas llego a mi destino y sin darme cuenta me paso el albergue unos 800 metros, no sabéis lo que jode pasarse estando al límite de tu resistencia, pero mi cerebro no aceptaba ir al siguiente pueblo que estaba a 3 km, son las 14:45 y aún sin comer, así que vuelvo para atrás. El talón de Aquiles está resentido y se me ha inflamado, cojeo al andar, me doy cremas de frío y calor, hago estiramientos, masajeo la zona y reposo esperando que la inflamación baje y a la mañana siguiente pueda andar.
Miércoles 30:
Me despierto y me doy cuenta que el dolor no se ha ido, apenas puedo mover el pie sin dolor, la decisión está clara, no puedo seguir así estoy en un pueblo pequeño sin convinaciones para volver a Leon, toca pensar como volver. El pueblo más cercano está a 12 km, ni me planteo hacerlo montado, decido hacer auto stop escondiendo un poco el monociclo para que no se asuste nadie 🤣, me preocupa que el monociclo no entre en el coche que pare. Bueno si paran ya veremos… A los 15 minutos para un Ángel llamado Ángel con un furgón de 6 metros completamente vacía, perfecto para mi monociclo, y no sólo no va al pueblo al que podría haber cogido combinación para ir a León, va a León a 200 metros de donde deje mi furgoneta! ¿Se puede dar la vuelta a un día que había empezado torcido de mejor forma?
Estos 3 días han escenificado perfectamente algunas cosas de la vida. En ella vas a encontrar un lugar con, curvas, rectas, subidas, bajadas, algunas veces con piedras y otras con un asfalto fino, esto irá dentro de un ambiente en el que te acompañará la lluvia, nieve, sol, frio, calor, viento, en ese viaje habrá momentos en el que pierdas tu equilibrio, una piedra que no has visto venir, un momento de cansancio… esas pérdidas de equilibrio habrá cosas que se rompen, se pueden arreglar o no, tú decides si son importantes, si lo son sólo hace falta trabajárselo un poco o buscar quien te pueda ayudar. Habrá momentos en los que irás sólo, otros en los que te cruzaras con personas que van hacia otra dirección, otras que van en tu misma dirección pero a diferente ritmo, otras que van a tu mismo ritmo y misma dirección. También te acompañará el dolor, el dolor se puede asumir hasta cierto punto si el destino merece la pena, pero sin olvidar que es importante llegar bien al destino, si vas a llegar mal mejor cambiar de destino, ningún destino merece recibirte en mal estado, cambia tu rumbo si es necesario.

Continuará… 💪🏼